La farmacogenética va cogiendo peso en el desarrollo y evaluación de tratamientos. Sin embargo, todavía existe un importante desconocimiento sobre la importancia de contar con la variedad genética en estos procesos
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Cada vez más laboratorios ponen el foco en que sus ensayos clínicos incluyan a pacientes de diferentes etnias. Las diferencias genómicas y epigenómicas de las personas dependiendo de su etnia y su lugar de vivienda tienen un importante efecto sobre la eficacia y las reacciones adversas de los fármacos. En general, las personas afroamericanas, los latinos o los asiáticos son los que menos representación tienen en la prueba de seguridad y eficacia del desarrollo de una terapia farmacológica. Según datos de la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA por sus siglas en inglés), en 2019 más de 46 mil pacientes participaron en ensayos clínicos pero solo un número limitado se identificaron como negros, afroamericanos, asiáticos o hispanos.
¿Por qué es importante incluir a diferentes representantes de la población mundial en la investigación? Según un reciente estudio realizado por la Red Iberoamericana de Farmacogenética y Farmacogenómica (RIBEF) a más de 6.000 personas con diferentes orígenes ancestrales, el 28% de la población estudiada desarrolló una reacción adversa a los medicamentos, de los cuales el 20% sufrieron efectos secundarios graves.
Ante estos datos, los investigadores afirman que la influencia étnica es uno de los factores relacionados con la variabilidad en la respuesta a los fármacos. Sin embargo, existe una falta de conocimiento sobre la diferente especificidad en la respuesta a los tratamientos. “Tradicionalmente hemos trabajado con ensayo acierto-error, pero a principios de siglo nos dimos cuenta que la frecuencia de genes que responden a los fármacos en cada persona varían según la población”, indica por teléfono a Consalud.es Adrián Llerena investigador extremeño, coordinador de la RIBEG y director del INUBE.
“A partir de ahora habrá que realizar ensayos clínicos en los que nos aseguremos que hay representación de todas las etnias”, manifiesta Llerena
En la Medicina actual que trabaja por la precisión y la personalización, el conocimiento de que las estrategias que se utilizan tradicionalmente en el desarrollo de los tratamientos olvidaban a más de la mitad de la población mundial, con importantes implicaciones en su salud, ha obligado a cambiar la concepción y el modo de investigación. “A partir de ahora habrá que realizar ensayos clínicos en los que nos aseguremos que hay representación de todas las etnias”, manifiesta Llerena. “Y no solo eso”, prosigue, “sino que en el control de eficacia población también se estudiará al ciudadano genotípica y molecularmente para conocer el efecto que está teniendo los fármacos en él”.
Como comentábamos, el cambio en la investigación se está dando. Además, aproximadamente la mitad de los medicamentos comercializados actualmente incorporan una recomendación farmacogenética útil para decidir si el tratamiento es adecuado para el enfermo. La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA por sus siglas en inglés) aprobó diferentes recomendaciones de prescripción para pacientes afroamericanos, como un tratamiento dirigido a insuficiencias cardiacas en este colectivo.
Otros agentes reguladores también están empezando a incluir la etnia en la valoración de la seguridad de los fármacos, porque los efectos secundarios que pueda desarrollar un paciente asiático que vive en Europa son distintos a los de una persona asiática que vive en algún país de Asia. “No estamos en una situación ideal, pero cada vez hay más sensibilización y más datos”.
MEJORAR LA FARMACOGENÉTICA
Las soluciones para evitar las brechas y la inequidad existente en los tratamientos van más allá de representar a las diferentes poblaciones o de la prescripción por parte de los reguladores. “Según va avanzando el tiempo cada vez son más accesibles las técnicas de secuenciación genética y los avances en este campo”, recuerda Adrián Llerena. La obtención de la información cada vez es más rápida, y también, poco a poco, se van subsanando los almacenamientos de datos o los problemas éticos de la manipulación de estos.
«El futuro va hacia un mejor trabajo con el genoma que permitirá obtener la información de diversas mutaciones y hacen una medicina cada vez más precisa”
“El genoma ya es algo asumible, aunque todavía costoso, pero el futuro va hacia un mejor trabajo con él que permitirá obtener la información de diversas mutaciones y hacen una medicina cada vez más precisa”, señala el experto. Además, los avances tecnológicos en ciencia de datos e inteligencia artificial están construyendo herramientas para el uso de la historia clínica que permitiría elegir el medicamento más adecuado, al mismo tiempo que facilita el conocimiento de interaccione con otros tratamientos que consuma el paciente.
Esto “permite la implementación clínica de la medicina personalizada adaptada a la singularidad de la poblaciones”, explica el coordinador de la RIBEF. En consecuencia, la optimización de los medicamentos reducirá los efectos adversos que causen en cada vez más presentes, no solo en las poblaciones afroamericanas, asiáticas o latinoamericanas, sino en la población en general debido también a problemas como la sobremedicación o la polimedicación, para los que no hay apenas concienciación, denuncia el especialista.